Este blog acudió un año más a la Gala de los San Pancracio del Festival Solidario de Cine Español de Cáceres, celebrada el 14 de marzo. De nuevo, Cáceres desplegó la alfombra roja y arropó a un nutrido grupo de representantes del cine español: desde el polifacético Santiago Segura hasta actrices como Bárbara Lennie, que recibió el San Pancracio a la mejor actriz por su interpretación en Magical Girl, pasando por directores de cine como Jon Garaño (Loreak), a quien pudimos entrevistar en exclusiva, o figurinistas de primera como la extremeña Montserrat Sancho que recibió el premio "Reyes Abades" por su trabajo entre costuras.
Otro de
los premiados (aquí puedes ver el resto: Premios San Pancracio 2015) fue el actor Raúl Arévalo, recompensado por fin por su trabajo en La
isla mínima, la gran triunfadora en la última entrega de los Goya. Pudimos
conversar unos minutos con él tras el encuentro que mantuvo con la prensa en el Gran Teatro
de Cáceres. Desde aquí le agradecemos su amabilidad y sencillez al atendernos.
Entrevista realizada por María José Agudo Rodríguez
Me imagino que estarás muy
contento por haber recibido el San Pancracio. Además, han recaído muchos
premios en compañeros de reparto de La isla mínima, como es el caso de Javier Gutiérrez (Premio en el Festival de San Sebastián, Goya al mejor actor...), y ha sido un gran trabajo
el que habéis hecho los dos actores protagonistas.
Me lo
tomo como algo entregado con mucho cariño, teniendo en cuenta además que viene
de una ciudad de provincias, que no es Madrid ni Barcelona, en las que a veces
no es fácil que llegue determinado tipo de películas. Hay que sumar, por tanto,
el hecho de que una ciudad como Cáceres organice este festival y se reciba
tanto cariño y amor al cine y a la gente que hace cine. Lo recibo como una
muestra de cariño y de apoyo a una carrera que, a mi edad, es una palmadita en
la espalda, como diciendo “sigue por ahí”. La
isla mínima ha sido uno de los trabajos más enriquecedores de toda mi
carrera. De todos los trabajos he aprendido, pero de éste mucho: poder haberlo
hecho con Alberto Rodríguez y de la mano de Javier, con todo lo que hizo por
mí… Es uno de esos trabajos que guardas con más cariño y de los que más aprendí
a nivel profesional y humano.
"La isla mínima ha sido uno de los trabajos más enriquecedores de toda mi carrera"
La isla mínima transcurre en la época de la Transición, en las marismas del Guadalquivir. Tu personaje, Raúl, representa la apertura frente al de Javier Gutiérrez,
que está más anclado en el pasado, en el franquismo. ¿Cómo afrontaste la
preparación de tu personaje?
La
película la ensayamos mucho tiempo, un mes, que no es común en cine, y
asesorados y dirigidos por Alberto, viendo documentales, leyendo mucho sobre el
momento y sobre personajes similares. Fue un mes intenso de preparación y de
investigación sobre la época y los personajes.
Además en un contexto muy
particular: las marismas, que es casi un personaje más, un contexto que marca lo
que le ocurre a los personajes, la desaparición…
El rodaje
se hizo duro pero luego quedó todo muy bonito.
Si por algo destaca Raúl Arévalo
es por su versatilidad y por tener una prolífica carrera en el teatro, el cine
y la televisión. En 2006 te llegó uno tus grandes papeles hasta ese momento,
en la exitosa ópera prima de Daniel Sánchez Arévalo Azul Oscuro Casi Negro. Obtuviste el Goya a la mejor interpretación
masculina de reparto por Gordos
(2009). ¿Hay un medio que le tengas especial cariño? ¿Te desenvuelves en todos
del mismo modo?
Depende
del proyecto. Un actor donde más puede disfrutar es en el teatro pero no
depende tanto del medio o del género sino de muchos factores: el guion, los
compañeros, el director, el personaje, depende más del contexto.
Otra película que quizás no ha
tenido tanta repercusión en 2014 pero en la que también participaste ha
sido La vida inesperada, donde desprendiste química con Javier
Cámara. ¿Qué puedes contarnos de ese proyecto, cómo te sentiste al rodarla en Nueva York?
Lo rodamos
en Nueva York, que fue lo más chulo. Estuvimos dos meses rodando allí. Para un
actor que se ha criado viendo películas que se ambientan en Nueva York, pasear
en esta ciudad con una cámara delante… aquello fue muy bonito, fueron dos meses muy divertidos.
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