Jon Garaño conforma con José María Goenaga el tándem de directores que han firmado una de las películas más destacadas de 2014: Loreak (flores, en euskera), que contó con dos nominaciones en la pasada edición de los premios Goya. Es más, de alguna forma pasará a la historia del cine español por haber sido la primera producción en euskera candidata al Goya a la mejor película. Fue también la primera cinta íntegramente rodada en lengua vasca que compitió en la sección oficial del Festival de Cine de San Sebastián.
Loreak, de la que ya os hablamos en este blog, no logró el Goya pero sí ha obtenido, entre otros galardones, el San Pancracio 2015 a la mejor dirección, que otorga el Festival Solidario de Cine Español de Cáceres. Jon Garaño fue el encargado de recoger este premio en el transcurso de la gala de los premios San Pancracio, celebrada el pasado 14 de marzo en el Gran Teatro de Cáceres. Antes de la gala, Jon Garaño tuvo la gentileza de hablar para Cine en conserva.
Por José Manuel Rodríguez Pizarro
Redactor-colaborador de la revista de cine Versión Original
La primera idea fue de mi compañero, José María Goenaga,
co-director y guionista. Él siempre dice que le surgió la idea de ver esa
imagen de las flores en la carretera, que tiene mucha fuerza. Ves que detrás de
esas flores hay un drama pero también hay algo misterioso, enigmático, que te
hace pensar que puede haber una historia detrás de esas flores. El otro punto
de partida de esta historia es que una mujer empieza a recibir flores
semanalmente. Y la fuente de inspiración de la trama viene de la canción “Un
ramito de violetas” de Cecilia. Canción y película tienen un desarrollo
diferente pero la inspiración vino de ahí. Nos parecía interesante porque había
una relación entre esas dos historias, aparecen unas flores misteriosas en las
dos historias y el cómo reaccionan los personajes ante ellas tenía cierto
paralelismo. Había un juego de espejos y ahí es cómo se empezó a construir la
película.
"La fuente de inspiración de la trama viene de la canción “Un ramito de violetas” de Cecilia"
El papel de la mujer
es muy importante. Hay tres actrices que destacan por encima del reparto,
algunas de ellas muy conocidas en el País Vasco.
Son tres actrices para nosotros excepcionales. No son muy
conocidas fuera del País Vasco pero allí sí que lo son. Ha sido una suerte
trabajar con ellas. Con Itziar Aizpuru (la mujer mayor) ya
habíamos trabajado porque fue la protagonista de nuestra primera película. En
aquella ocasión era una señora de caserío que se ve envuelta en una historia de
amor con otra señora. Era, como digo, una historia de amor entre dos señoras
mayores; ella (Itziar Aizpuru) era la protagonista absoluta de esta película,
llamada 80 egunean (En 80 días) (2010).
Al haber un papel para una señora mayor en Loreak,
estaba claro que tenía que ser para ella. De hecho, cuando José Mari escribió
esa primera versión de Loreak y la
leí había partes del diálogo que no eran de José Mari sino que se los había
robado a la propia actriz. Tenía que ser ella.
En el caso de Nagore
Aranburu, ella era una actriz con la que queríamos trabajar porque nos
gusta mucho, nos parece que es la actriz perfecta para hacer ese papel. Aún así
le hicimos un casting, lo hizo muy
bien y decidimos hacerlo con ella. Ha sido una experiencia curiosa porque Nagore,
aparte de actriz, también es guionista, sobre todo, y ha dirigido obras en
teatro y para TV. Entonces ha sido una forma de trabajar diferente, pensando
desde atrás de la cámara. Nagore hace un trabajo excepcional, además difícil
porque tiene que expresar mucho con poco y es algo a lo que a veces no se le da
mucho mérito, y lo tiene.
Itziar Aizpuru, que sí se llevó un Feroz a mejor actriz de reparto |
Por su parte, Itziar
Ituño es una actriz muy conocida en el País Vasco porque es la protagonista
de Goenkale, una serie que lleva
veintiún años en antena en la ETB, en la televisión pública vasca, y hace de
policía. En Loreak hace un papel
totalmente diferente. Al principio teníamos dudas con el personaje que hacía
ella porque, por un momento, nos imaginábamos que tenía que ser una persona
mayor pero al final nos convenció y decidimos hacerlo con ella, después de un
proceso largo de casting. Ahora
estamos encantados con el trabajo de las tres y de todo el reparto en general
porque en una película si quienes están alrededor de los protagonistas no dan
el nivel, de alguna forma, eso se contagia a los protagonistas. Son, por tanto,
también dignos de cualquier elogio.
La película Loreak es también una forma de reflejar
la realidad cultural, paisajística –a través de la iluminación– de lo que es el
País Vasco, un ambiente del norte peninsular.
Nos lo dicen mucho e incluso a veces nos preguntan:
¿llueve tanto en el País Vasco? La respuesta es que sí y más. De hecho,
llevamos un mes de febrero tremendo, que no ha dejado de llover. Y sí, es parte
de nuestra forma de ser y eso también se transmite. La climatología, el
ambiente, se mete en la personalidad. Para nosotros era también importante que
transcurriese en esa época del año en que todo está más oscuro, hay poca luz
porque incluso los personajes –a excepción del final de la película, que no
vamos a desvelar, en que hay un poco más de luz– se sienten un poco así, como
mirando hacia dentro, asfixiados. Creo que el ambiente también juega su papel
en ese sentido, está reforzando de alguna forma lo que les está pasando y lo
que están pensando.