martes, 23 de julio de 2013

El amor según Truffaut: Las dos inglesas y el amor



A los que aman, como decía aquella película de Isabel Coixet. A ellos está dedicado este número de la revista  Versión Original. A través de sus páginas podréis conocer a amantes de todo tipo; carnales, románticos, anónimos...y de todas las latitudes como esos amantes entregados ciegamente al deseo que tan bien plasmó Nagisa Ôshima en El imperio de los sentidos (Ai-no corrida, 1976).

Esta vez, la que os escribe ha optado por cine francés, y por un director que amó al cine más que a nada en el mundo. Os hablo de Truffaut. A continuación reproduzco algunos fragmentos del artículo "El amor según Truffaut".

"En la filmografía del francés, el amor, las mujeres y las relaciones sentimentales son un tema recurrente. (...) Y es que el creador de Antoine Doinel, ese mítico personaje que Truffaut no supo envejecer, ha representado en el cine todo tipo de amor. Desde el amor fou (amor loco) que experimenta la pareja fugitiva de La Sirena del Mississippi (foto) (La sirene du Mississippi, 1969) -ese amor que en palabras de Buñuel “horroriza a la sociedad, la escandaliza profundamente”-, hasta el amor y veneración a los muertos en la adaptación del cuento de Henry James, La habitación verde (La chambre verte,1978). Pero parece que disfrutaba especialmente al narrar triángulos amorosos. Porque casi diez años después de Jules y Jim (Jules et Jim, 1961) -con la que incomodó a más de uno en su día- volvió a Henri Pierre Roché, el autor del libro en que se basó esta película cumbre de la nouvelle vague.



Así, en 1971, Truffaut adaptó la novela “Las dos inglesas y el continente” (“Les deux anglaises et le continent”). En ella se cuenta el triángulo que se establece a lo largo de los años entre dos hermanas inglesas y un joven francés al que ellas apodan “El continente”. Lector voraz como era, Truffaut accedió a las notas manuscritas del autor y alternó escenas más fieles al libro con otras que eran más realistas. Consiguió revestir a su película de un halo literario que está presente en todo el film. Esto se palpa desde el inicio con unos títulos de crédito que rinden homenaje a la novela original. Pero la envoltura literaria va más allá. Porque las dos hermanas protagonistas de la película, las que obsesionan al pobre Jean- Pierre Léaud, se inspiran en dos de las hermanas Brontë. Aquellas escritoras autoras de clásicos como “Cumbres Borrascosas” o “Jane Eyre”. La propia Emily tiene su fiel reflejo en el personaje de Muriel, la puritana apasionada interpretada por Stacey Tendeter, mientras que el personaje de Anne (Kika Markham) se asemejaría a Charlotte Brontë, una mujer más liberal y con ideas más avanzadas para la época.


Anne y Muriel susurrándose secretos
Sin mucho éxito en su día, y con un montaje que afectó a su recepción (en 1984, Truffaut la montó de nuevo), la película se ha revalorizado con el tiempo y hoy está considerado como uno de los trabajos más sensibles y personales del director de "La noche americana". Porque aunque sea una adaptación, sabemos quién se esconde detrás de Claude. Alguien que fue devoto del cine toda su vida, y cuyas películas fueron su vehículo de expresión, su carta de amor al séptimo arte.


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