A los que aman, como decía aquella película de Isabel Coixet. A ellos está dedicado este número de la revista Versión Original. A través de sus páginas podréis conocer a amantes de todo tipo; carnales, románticos, anónimos...y de todas las latitudes como esos amantes entregados ciegamente al deseo que tan bien plasmó Nagisa Ôshima en El imperio de los sentidos (Ai-no corrida, 1976).
Esta vez, la que os escribe ha optado por cine francés, y por un director que amó al cine más que a nada en el mundo. Os hablo de Truffaut. A continuación reproduzco algunos fragmentos del artículo "El amor según Truffaut".
"En la filmografía del francés, el amor, las
mujeres y las relaciones sentimentales son un tema recurrente. (...) Y es que el creador de Antoine Doinel, ese mítico
personaje que Truffaut no supo envejecer, ha representado en el cine todo tipo
de amor. Desde el amor fou (amor
loco) que experimenta la pareja fugitiva de La Sirena del Mississippi (foto) (La sirene du Mississippi, 1969)
-ese amor que en palabras de Buñuel “horroriza
a la sociedad, la escandaliza profundamente”-, hasta el amor y veneración a
los muertos en la adaptación del cuento de Henry James, La habitación verde (La chambre verte,1978). Pero parece que disfrutaba especialmente al narrar triángulos
amorosos. Porque casi diez años después de Jules
y Jim (Jules et Jim, 1961) -con la que incomodó a
más de uno en su día- volvió a Henri Pierre Roché, el autor del libro en que se
basó esta película cumbre de la nouvelle
vague.
Así, en 1971, Truffaut adaptó la novela “Las dos inglesas y el continente” (“Les
deux anglaises et le continent”). En ella se cuenta el triángulo que se
establece a lo largo de los años entre dos hermanas inglesas y un joven francés
al que ellas apodan “El continente”. Lector voraz como era, Truffaut accedió a
las notas manuscritas del autor y alternó escenas más fieles al libro con otras
que eran más realistas. Consiguió revestir a su película de un halo literario
que está presente en todo el film. Esto se palpa desde el inicio con unos
títulos de crédito que rinden homenaje a la novela original. Pero la envoltura
literaria va más allá. Porque las dos hermanas protagonistas de la película,
las que obsesionan al pobre Jean- Pierre Léaud, se inspiran en dos de las
hermanas Brontë. Aquellas escritoras autoras de clásicos como “Cumbres Borrascosas” o “Jane Eyre”. La propia Emily tiene su
fiel reflejo en el personaje de Muriel, la puritana apasionada interpretada por
Stacey Tendeter, mientras que el personaje de Anne (Kika Markham) se asemejaría
a Charlotte Brontë, una mujer más liberal y con ideas más avanzadas para la
época.
Sin mucho éxito en su día, y con un montaje que
afectó a su recepción (en 1984, Truffaut la montó de nuevo), la película se ha
revalorizado con el tiempo y hoy está considerado como uno de los trabajos más
sensibles y personales del director de "La noche americana". Porque aunque sea una adaptación, sabemos quién se esconde
detrás de Claude. Alguien que fue devoto del cine toda su vida, y cuyas
películas fueron su vehículo de expresión, su carta de amor al séptimo arte.
Anne y Muriel susurrándose secretos |
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