Se acerca el día en que conoceremos qué película ha recibido la Palma de Oro del Festival de Cannes 2013. ¿Qué mejor que repasar algunas de las mejores películas que en su día obtuvieron este codiciado premio? Seis colaboradores de lujo, a quienes agradezco enormemente su participación, más la que escribe, hemos seleccionado de entre todo el histórico de estos galardones aquella Palma de Oro que nos resulta inolvidable, imborrable y demás adjetivos en positivo. El resultado ha sido un compendio de obras maestras, pura delicattesen. ¿Quieres saber cuáles son?
La cinta blanca (Michael Haneke; 2009)
Por blog Cinemalights
Profunda reflexión sobre la violencia humana, en su germen, en la educación percibida. Haneke explora un grupo de niños hasta dejar atónito y conmovido al espectador. Lo consigue con una sutileza de lo más desgarradora -de las que sólo él es capaz de plasmar en la gran pantalla-, ayudada en este caso por esa magistral fotografía en blanco y negro y los silencios, sobre todo los silencios. Una incontestable obra maestra.
Barton Fink (Hermanos Coen;1991)
Por Daniel Marín
Redactor-colaborador de Versión Original
John Turturro, deconstruido; y John Goodman, inconmensurable; protagonizan la cuarta película de los Coen, inclasificable y maquiavélica. Un brillante ejercicio de intraescritura. El folio yermo atrapado en la máquina de escribir es el origen de las fantasías, también de las pesadillas: En la atmósfera viciosa y alucinada de la creación, exuda ideas monstruosas que sumen aún más en la negrura al Hollywood de los cuarenta mientras descubren caminos secundarios y perturbadores con los que recorrer la gran historia (gótica) americana.
Viridiana (Luis Buñuel; 1961)O
Cualquiera que conozca el cine
de Luis Buñuel sabe que siempre merece la pena acercarse a sus obsesiones pero
si hablamos de Viridiana, premiada en Cannes en 1961, los motivos son mayores. La
historia de una novicia que se ve atrapada por recuerdos del pasado familiar y
que termina por descreerse de la religión en la que se escudaba de la vida nos
engancha desde el primer momento. Realizada con un simbolismo muy preciso y en
dos partes bien diferenciadas mediante argumento, música e iluminación, Viridiana es
una crítica hacia la rancia sociedad española de la época, aunque se antoja
válida para la sociedad actual. Silvia Pinal, Fernando Rey y Paco Rabal, arropados por un
elenco de estupendos actores, ponen rostro a los protagonistas de esta historia
plagada de erotismo, surrealismo, religión e hipocresía, características que
hicieron saltar las alarmas de la censura española y que provocaron el cambio
del final por una de las mejores escenas de la historia del cine español.
Inolvidable.
Pulp Fiction (Quentin Tarantino; 1994)
Por Lorenzo Ayuso
Redactor-colaborador de Versión Original y cortometrajista
Más que una película, Pulp Fiction es un universo insondable. El hijo mutante y bastardo de cines opuestos, de todos los cines, mezclados por dee jay Tarantino, que los engulle y regurgita creando algo inclasificable. O mejor, creando una clasificación propia –a menudo manoseada y mal entendida–, lo tarantiniano. Poseedora de algunas de las imágenes icónicas, si no más poderosas (ahí están La Novia haciendo fosfatina a 88 Maníacos en Kill Bill; o ese fantasmagórico rostro gigante que ajusticia a los nazis en Malditos bastardos), desde luego más influyentes de Quentin Tarantino, Pulp Fiction consolidó los cimientos sobre los que reposaría y evolucionaría su filmografía posterior. Una filmografía que, además, siempre ha sabido mantenerse en altas cotas de excelencia. Claro, el éxito en Cannes de Jules y Vincent fue el impulso definitivo para lo que ha venido después. Al fin y al cabo, ¿no sería la Palma de Oro aquello que tanto brillaba dentro del maletín de Marsellus Wallace?
Pulp Fiction (Quentin Tarantino; 1994)
Redactor-colaborador de Versión Original y cortometrajista
Más que una película, Pulp Fiction es un universo insondable. El hijo mutante y bastardo de cines opuestos, de todos los cines, mezclados por dee jay Tarantino, que los engulle y regurgita creando algo inclasificable. O mejor, creando una clasificación propia –a menudo manoseada y mal entendida–, lo tarantiniano. Poseedora de algunas de las imágenes icónicas, si no más poderosas (ahí están La Novia haciendo fosfatina a 88 Maníacos en Kill Bill; o ese fantasmagórico rostro gigante que ajusticia a los nazis en Malditos bastardos), desde luego más influyentes de Quentin Tarantino, Pulp Fiction consolidó los cimientos sobre los que reposaría y evolucionaría su filmografía posterior. Una filmografía que, además, siempre ha sabido mantenerse en altas cotas de excelencia. Claro, el éxito en Cannes de Jules y Vincent fue el impulso definitivo para lo que ha venido después. Al fin y al cabo, ¿no sería la Palma de Oro aquello que tanto brillaba dentro del maletín de Marsellus Wallace?
4 meses, 3 semanas, 2 días (Cristian Mungiu, 2007)O
Por David Garrido Bazán
Director de Programación y Contenidos del Festival de Cine Inédito de Mérida
Director de Programación y Contenidos del Festival de Cine Inédito de Mérida
Director y Presentador del programa De AluCine en Canal Extremadura Radio
10 de Diciembre del 2007. II Festival de Cine Inédito de Mérida (FCIM). La Rumanía terrible de Ceacescu quedaba retratada a la perfección en la epopeya que significaba para dos jóvenes conseguir que una abortara de forma ilegal en un hotel, enfrentándose al riesgo de ser duramente castigadas en el caso de ser descubiertas y al chantaje abusivo a que las somete el medico que han contratado. La cámara de Mungiu sigue de forma obsesiva a una impresionante Anamaria Marinca, que lucha por no verse sobrepasada por todo lo que se narra. La película cambia de género, se va transformando de forma paulatina en una película de terror muy real. Sientes toda la opresión, toda la miseria moral, todo el miedo. La proyección termina. Un silencio sobrecogedor inunda la sala. Jamás he olvidado el peso de ese silencio ni los rostros graves de los que salían, conmocionados. El FCIM había nacido de nuevo.
Taxi Driver (Martin Scorsese; 1976)
Por María José Agudo
Taxi Driver, Palma de Oro en 1976, es una película que no
envejece. Paul Schrader la escribió y Martin Scorsese plasmó en poderosas
imágenes la historia de un hombre solitario, un taxista ex combatiente de
Vietnam cuya idea de cita romántica pasa por invitar a un ángel rubio (Cybill Shepherd) a una
sesión de cine porno. Conduciendo con su taxi por las podridas aceras de Nueva
York, Travis Bickle se erige en un salvador de “almas perdidas”, al estilo del
personaje de John Wayne de Centauros del desierto. Lo paradójico es que acabe siendo una especie de héroe local pese a que todos
sabemos lo perturbado que está. La sangría final proporciona al protagonista la famosa redención "scorsesiana". No quiero olvidarme de la interpretación de
Robert De Niro, solo al alcance de los más grandes. “Estoy hablando contigo,
sí,”, y te digo que si no has visto Taxi
Driver lo remedies cuanto antes.
El gatopardo (Luchino Visconti; 1963)
Por Jose Manuel Rodríguez PizarroRedactor-colaborador de Versión Original
“Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie...”. Esta cita de la novela El gatopardo (1958), de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, resume muy bien su esencia, la de una Italia, a mediados del siglo XIX, en pleno proceso de unificación política, y la de su protagonista, el príncipe Fabrizio Salina, un noble que asiste desde Sicilia, con distancia y melancolía, al final de una época. Mi “Palma de Oro” favorita es esta obra maestra de Luchino Visconti. Junto a Burt Lancaster en un papel que en principio iba a protagonizar el propio Visconti, encontramos a Alain Delon y a una joven y bellísima Claudia Cardinale. En medio del áspero paisaje siciliano, un patriarca aristócrata se resiste a la decadencia de su fortuna. Para no perder su posición, permite que su sobrino se case con la hija de un rico comerciante y alcalde del pueblo. Sin embargo, El gatopardo es mucho más. Es, sobre todo, un despliegue de recursos cuasi ilimitados que nos regala escenas memorables como la del baile de cuarenta minutos que cierra la película, y donde se plasma la admiración de Visconti por la escenografía de Kenji Mizoguchi.
Y estas son solo algunas de las obras maestras premiadas con el máximo galardón que se concede en Cannes. ¿Tienes tú alguna Palma de Oro favorita?
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Muy buenas palmas de oro, todas ellas. Reconozco que Cannes no siempre premia a mis películas favoritas, pero siempre galardona a películas interesantes y novedosas que vale la pena ver. Mi Palma de Oro favorita es sin dudarlo EL ÁRBOL DE LA VIDA, una película única que fue maltratada por los principales premios pero encontró en Cannes su sitio. Un saludo.
ResponderEliminar¡Qué buen repertorio y variedad de Palmas, a cada cuál mejor! Muy buena idea hacer este artículo, y por supuesto, muchísimas gracias por contar con nostros, ¡nos ha encantado participar! Por cierto, aprovechamos para añadir alguna más a la lista, como 'Amour' y 'El pianista', otras dos de nuestras favoritas! :P
ResponderEliminar¡Saludos y un abrazo!
Bien,de las que recuerdo haber visto, yo añadiría a esta lista "Corazón Salvaje" de David Lynch, "Paris, Texas" de Wim Wenders y "Adiós a mi concubina" de Chen Kaige...Quisiera felicitarlos por los últimos artículos, muy útiles para incrementar nuestra cultura cinematográfica...
ResponderEliminarMuchas gracias por los comentarios, las otras Palmas de oro que decís también son imprescindibles. Ha sido un artículo que me ha gustado mucho hacer por el trabajo en común que lleva, porque aporta diferentes puntos de vista, y porque me encanta que este rinconcito esté abierto a todo aquel que ame el cine :D.
ResponderEliminarSaludos!!
Buena lista, aunque demasiados guiños al santoral contemporáneo. Yo añadiría "Roma, ciudad abierta", "El tercer hombre", "Othelo", "Apocalipsis Now", "Kagemusha", "Corazón salvaje" y "Bailar en la oscuridad". ¡¡¡Y basta ya de tanto Haneke!!! :)
ResponderEliminarHola Marco, pues algunas de las que dices estuvieron a punto de incluirse por un colaborador que al final no pudo participar. Bailar en la oscuridad y El Tercer hombre estaban también en mi quiniela pero como solo podía quedar una, tiré por el tito Scorsese, que le tengo cariño. Y de las Palmas de Haneke yo prefiero Amor antes que La cinta blanca, me noqueó más fuerte :D
EliminarGracias por comentar!!
Yo incluiría también una de las mejores palmas que ha habido nunca.... mi idolatrada "Dancer in the dark" (Bailar en la oscuridad). Musical, prodigio técnico realizado en vídeo, lirismo surrealista, montaje de influencia "dogma" y un minuto inicial de pantalla en negro absolutamente maravilloso.
ResponderEliminarMuy buena, una película que me quedó muy tocada, si no está en este primer especial seguro que está en el siguiente, si hacemos segunda parte.
EliminarGracias por visitar el blog!