Opiniones enfrentadas de nuevo en este blog. Esta vez en torno a una de esas películas que o se ama o se odia: Los Miserables (Les misérables, Tom Hooper, 2012). A estas alturas, seguro que muchos ya la habéis visto y os podréis posicionar entre los fans de los gorgoritos de Hugh Jackman o por el contrario, los que le deseasteis una larga afonía. Así pues, que dé comienzo la función. Hoy la estrella invitada es María Vaquero del blog Memoria de Bolboreta.
A favor
Por María Vaquero Argelés
Una
vez soñé con un musical cinematográfico que no hiciese huir a los espectadores
de la sala. Lo que jamás habría imaginado es que la que lo consiguiese habría
de ser una obra enteramente cantada, sin diálogos que den aire ni descanso. Los miserables es la película; un film donde la
emotividad está presente en cada uno de sus planos, en cada canción
interpretada con maestría, en cada gesto de sus estupendos actores.
La apuesta
era arriesgada porque se trata, ni más ni menos, que la adaptación de una obra
cumbre de la literatura universal: la novela escrita por Victor Hugo en 1862 –el
escritor francés jamás hubiera podido imaginar que su obra iba a ser llevada a
los escenarios convirtiéndose en uno de los musicales más representados y,
ahora también, en una película multipremiada. Se trata de una novela
ciertamente extensa, de la cual se escogen determinadas partes que, teniendo
sentido en su conjunto, resultan verosímiles y útiles para seguir la historia.
Y he aquí el único fallo que aprecio en el film: el querer dar demasiado protagonismo
a las canciones desfavoreciendo así mediante el montaje el conjunto de la
historia, de la que nos vemos expulsados en alguna ocasión, gracias también a
los planos cenitales. Y digo el único fallo porque, en lo relativo al resto, no aprecio errores
sustanciales que me hagan ponerme en contra de la película, sino más bien al
contrario.
Como decía antes, lo que gusta de esta versión musical de Los miserables –podemos encontrar muchas otras adaptaciones, incluso una versión anime– es precisamente la emoción que despierta en el espectador a través de una historia que, por desgracia, no nos resulta tan lejana; con unos actores que hacen suyos los personajes y que sí, que son realmente creíbles –merecen especial atención Hugh Jackman, Anne Hathaway y Russell Crowe–; con una puesta en escena impresionante y con una buena dirección de actores –bravo por Hooper en esta labor. Los primeros planos que tanto se han criticado a mí me parecen una verdadera tour de force y los actores lo saben llevar con profesionalidad–; y con una música compuesta por Schönberg, con letras de Boublil y Natel, que sigue resonando en la cabeza de una semanas después de haber visto la película.
Como decía antes, lo que gusta de esta versión musical de Los miserables –podemos encontrar muchas otras adaptaciones, incluso una versión anime– es precisamente la emoción que despierta en el espectador a través de una historia que, por desgracia, no nos resulta tan lejana; con unos actores que hacen suyos los personajes y que sí, que son realmente creíbles –merecen especial atención Hugh Jackman, Anne Hathaway y Russell Crowe–; con una puesta en escena impresionante y con una buena dirección de actores –bravo por Hooper en esta labor. Los primeros planos que tanto se han criticado a mí me parecen una verdadera tour de force y los actores lo saben llevar con profesionalidad–; y con una música compuesta por Schönberg, con letras de Boublil y Natel, que sigue resonando en la cabeza de una semanas después de haber visto la película.
Y
podría extenderme mucho más pero sólo quiero finalizar exhortándoles, diciéndoles
que no se lo piensen, señores: ayúdenles a entonar la canción del pueblo. No se
arrepentirán.
En contra
En contra
Por María José Agudo
Cine en conserva
No voy a extenderme mucho. María, a quien tuve el placer de conocer en el pasado Festival de Cine de Cáceres, ha descrito muy bien los puntos fuertes de la película: buen reparto, puesta en escena impresionante y una poderosa selección de canciones cantadas en directo, algunas de ellas inolvidables. Destaca por encima de todas el I Dreamed a Dream que canta Anne Hathaway entre sollozos y en un permanente primer plano, y el único que logró realmente conmoverme. Este es uno de los momentos más brillantes del film de Hooper, y es casi seguro, que por estos minutos de puro cine, Hathaway se haga con el Oscar a mejor actriz secundaria.
Pero para desarrollar mi argumento en contra, voy a hacer uso de una escena de Cautivos del mal. En ella, vemos al personaje de Kirk Douglas (un gran productor de Hollywood hecho así mismo) en una sala de montaje, valorando junto a otros miembros del equipo su salto a la dirección. Después de señalar lo bueno de su película: "un montaje excelente (...) estupenda producción, estupendamente interpretada...dice esto: "y dile al director que visite a un psiquiatra (...). No tengo tensión, ni ritmo, ni nada. Cogí un argumento magnífico y sensible y lo he convertido en una película pesada y aburrida."
Pues eso, prohibido aburrir que decía Billy Wilder. Algo que Tom Hooper consigue en muchos fragmentos. Y lo que es peor, en otras secuencias provoca en el espectador una total indiferencia (enamoramiento de Marius y Cossete). En definitiva, cinco minutos de Hathaway, un prólogo espectacular y una revolución que nos recuerda el poder del pueblo no salvan un film irregular en su conjunto.
¿Y tú qué opinas?
Cine en conserva
Fantine (Anne Hathaway)fotografiada por Annie Leibovitz |
Pero para desarrollar mi argumento en contra, voy a hacer uso de una escena de Cautivos del mal. En ella, vemos al personaje de Kirk Douglas (un gran productor de Hollywood hecho así mismo) en una sala de montaje, valorando junto a otros miembros del equipo su salto a la dirección. Después de señalar lo bueno de su película: "un montaje excelente (...) estupenda producción, estupendamente interpretada...dice esto: "y dile al director que visite a un psiquiatra (...). No tengo tensión, ni ritmo, ni nada. Cogí un argumento magnífico y sensible y lo he convertido en una película pesada y aburrida."
Pues eso, prohibido aburrir que decía Billy Wilder. Algo que Tom Hooper consigue en muchos fragmentos. Y lo que es peor, en otras secuencias provoca en el espectador una total indiferencia (enamoramiento de Marius y Cossete). En definitiva, cinco minutos de Hathaway, un prólogo espectacular y una revolución que nos recuerda el poder del pueblo no salvan un film irregular en su conjunto.
¿Y tú qué opinas?
Creo que un musical en vivo es todo un espectáculo pero grabado en celuloide se hace pesado y aburrido.
ResponderEliminarPienso igual que tú Raúl, creo que es una adaptación que hará las delicias de quienes son fans del musical pero el cine y el teatro son dos lenguajes distintos, y me pareció muy estática.
EliminarUn saludo!
Me ha encantado tu post, en mi caso mi lado negativo lo pongo en algunas voces, a veces tienes que tirar de ellas. Pero en general me ha fascinado. Hace días hable en mi blog de Los Miserables http://lidiaherbada.com/los-miserables-historia/
ResponderEliminarHola Lidia, cuando dices esas voces te refieres a Russel Crowe? Fue al que vi un poco más flojo pero luego hay que reconocerle que va mejorando :) La voz que más me gustó fue la de Anne Hataway, y la que más me llegó al corazoncito :D.
EliminarY a vosotros qué voz os impresionó?
Hola, tienes un premio en mi blog!: http://yanomeaburromas.blogspot.com.es/2013/01/premio-best-blog.html
ResponderEliminarSaludos :)
Muchísimas gracias Olga, es todo un honor. Te he dejado un comentario en tu blog.
EliminarSaludos!!
Yo que soy una amante acérrima de los musicales (de los buenos, que reconozco que son minoría, porque hay muchos -también del Hollywood dorado- que son un auténtico tostón), estoy con María José: en contra. Salvo por esos 5 minutos del plano-secuencia de Hathaway, que es verdad que es una interpretación suprema, merecedora del oscar que ganó meses después. Es lo único que casi casi merece la pena haberte tragado las 3 horas de peli. El resto no es un musical: es un melodramón declamado. Y no hay más que hablar. Eso un musical no es.
ResponderEliminarGracias Eva, la verdad es que había momentos que me gustaron pero en demasiadas ocasiones pensé ¿Cuándo se va a acabar esto? y eso no es nada bueno y menos para un musical, un género que por lo general tiene que ser fresco y contagiar al espectador de emociones.
EliminarSaludos.