Crítica El caballero oscuro: La leyenda renace

Recuerdo cuando fui a ver el Batman de Tim Burton. Solo tenía 7 años, pero quedé fascinada por el universo del hombre murciélago. La gótica Gotham, la cueva de Batman, la risa  de Joker, el asesinato de los padres de Bruce Wayne, la genial banda sonora que compuso Danny Elfman… Ese primer Batman quedó grabado por mucho tiempo en mi memoria y ninguno pudo superarlo en calidad.

Eso era hasta que llegó Batman Begins…

¿Por qué no? Si ya he dejado a Tom

Christopher Nolan resucitó en 2005 al superhéroe sin poderes más famoso del cómic. El realizador de Memento o Insomnio nos entregó en esta primera entrega el  origen de Batman. Una de las novedades es que se incidía con fuerza en el conflicto dramático de Bruce Wayne (Christian Bale), un joven huérfano y multimillonario atormentado por el asesinato de sus padres. El héroe buscaba el modo de luchar contra la injusticia pero no sabía cómo. La mejor parte de Batman Begins es para mí aquella donde el protagonista aprende de la mano de su mentor (excelente Liam Neeson) que debía dominar sus propios miedos antes de enfrentarse a los de los otros. 

“Como símbolo puedo ser inmortal”

El resultado fue una película innovadora, algo fría y melancólica (enfatizada con el bello tema Macrotus de Hans Zimmer) que contaba con un buen guion, un sólido reparto (aunque nunca me convenció la inclusión de Katie Holmes) y que inauguraba una nuevo modo de enfocar las películas de superhéroes. 

La visión de Nolan era mucho más oscura e inteligente que el resto de los films centrados en Batman (aunque superar a las de Schumacher era bien fácil). En definitiva,  gracias al director de El truco final, por primera vez el héroe era complejo y profundo. Y por fin se dirigía a un público adulto.

El fallecido actor logró transmitir la locura de su personaje

Y llegó The Dark Knight y Joker se adueñó de la función

Instaura una pequeña anarquía y comenzará a reinar el caos es ya una frase famosa del cine. Pertenece a uno de los villanos más perturbados y carismáticos de la historia del séptimo arte. Y no, no exagero. La interpretación que hizo Heath Ledger fue de las que se estudian en las escuelas de cine, capaz de eclipsar al resto del reparto, y eso son palabras mayores.

Nolan se superó en esta secuela. Aunque como viene siendo habitual en él, complicó aún más la trama y aumentó el metraje. TDK fue un thriller más oscuro y frenético que su predecesor, con un Batman incapaz de controlar al agente del caos más subversivo de Gotham, el único capaz de echar a perder la integridad de Harvey Dent. El final, puro cine, nos dejaba con ganas de más, sabedores de que iba a ser difícil superar esta entrega.

2012 se completa la trilogía con TDKR (The Dark Knight Rises)

Y llegamos a la última, de la que teníamos mucha información. Nolan generó mucho ruido mediático y todos los fans del héroe de Bok Kane acudimos raudos a la sala del cine. Y las expectativas se han cubierto, aunque a fuerza de perder algo de estilo. A mi juicio, TDKR es más blockbuster que las otras dos películas de la saga, pero un buen cierre en definitiva. Lo que no es fácil en una trilogía. Coppola sabe de eso.

Christopher Nolan en el rodaje de la última película de la saga

El caballero oscuro; la leyenda renace es una película extensa, dura casi 3 horas. Sin embargo, durante casi todo el metraje se mantiene el ritmo. De un inicio algo sosegado se pasa a un suspense in crescendo, hasta acabar en el apoteósico clímax final: 45 minutos finales, la parte más espectacular y criticable del filme. Un clímax plagado de escenas apabullantes, giros de guion inesperados, confesiones con tintes telenovelescos, una muerte que da risa por lo mal interpretada que está, cameos, rescates en el último minuto y un sinfín de cosas más que no puedo spoilear. En definitiva, ese clímax es entretenimiento puro. Te mantiene en tensión en todo momento, pero da la sensación de que en él Nolan ha querido rizar el rizo, quemar todos los cartuchos, y acabar a lo grande, cometiendo por el camino algunas incoherencias narrativas.

Este traje no me lo he hecho yo, eso solo lo hacía la Pfeiffer

Otro apartado a destacar es su fantástico reparto. Christian Bale aparece aquí más decrépito que en las anteriores. Su personaje lo requiere, un Bruce Wayne cercano al Howard Hughes que compuso Leonardo Dicaprio. El alter ego de Batman vive atormentado por la muerte de su amada y sabiendo que Gotham lo desprecia. ¿Por qué nos caemos? Le preguntaba su padre en la primera parte. Y en esta Batman vuelve a levantarse. Una vez renace, Bale vuelve a demostrar que es el mejor Batman visto en pantalla. Especialmente emotivas son las escenas entre él y su fiel mayordomo Alfred (Michael Caine).  

Sobre la nueva Catwoman, Anne Hathaway interpreta con solvencia a una Selina Kyle mucho más sofisticada y elegante que la anterior, aunque con menor magnetismo sexual que la que hizo Michelle Pfeiffer. Más bien parece una ladrona salida de Atrapa a un ladrón, como mencionan en la acertada crítica de Cinemanía. Aunque pocos discutirán el hecho de que haya compuesto el papel femenino más atractivo de la trilogía. 

La aparición de tantos rostros nuevos provoca que Batman ya no sea el protagonista absoluto y que ya no se luzcan tanto ni Morgan Freeman (Lucius Fox) ni Gary Oldman (sargento Gordon). Esta vez, el verdadero robaplanos es Joseph Gordon-Levitt (policía John Blake) siendo su papel uno de los puntos fuertes del film. Los nuevos fichajes como Matthew Modine o Marion Cotillard cumplen aunque tampoco apasionan. El personaje de ella (Miranda Tate) no está bien definido, por cierto, la única mujer que se ha llevado al huerto a este Batman. 

Por suerte, Bane ha cambiado para bien

Tom Hardy, irreconocible como Bane compone un buen villano, aunque no podamos olvidar a Joker. Es impresionante la transformación que ha experimentado el actor inglés. Lo bueno de este Bane es que no es solo músculos y pretende liderar una revolución contra la banca y las clases privilegiadas. Eso sí, no a base de manifestaciones, sino imponiendo la tiranía y el terror. Esta idea le sirve a Nolan para conectar a TDKR con la situación de crisis financiera que  actualmente vivimos. Aunque a medida que avanza la trama, esa lectura socio-política pueda ser controvertida. Pero eso ya es otro cantar.

En definitiva, El caballero oscuro: la leyenda renace ofrece un cierre digno de la trilogía, pero no alcanza la calidad de su antecesora. La trilogía finaliza dejando en la mayoría de los espectadores un buen sabor de boca y revelando a un personaje que ahora promete y mucho. 

Lo mejor: La interpretación de Joseph Gordon- Levitt, efectos visuales (ataque al campo de fútbol) secuencias de acción, la trama de la prisión, la banda sonora constante pero épica de Hans Zimmer, las escenas más dramáticas entre Bruce y Alfred.

Lo peor: La duración. Se repiten algunos clichés y diálogos tópicos. Demasiados personajes y poco tiempo para muchos de ellos, por lo que algunos quedan desdibujados, y no se desarrollan bien (Selina Kyle, Miranda Tate...)

Nota de Cine en Conserva: Un 7


El caballero oscuro. La leyenda renace